Los 27 Conciertos para Piano y Orquesta de Mozart constituyen uno de los mayores exponentes del desarrollo transcendente de una modalidad musical para Occidente.
Partiendo de las formas cásicas de Hydn trufadas con el Clavecín bien Temperado de Bach, cada uno de ellos va siendo un paso adelante, que conjuntado con la construcción de piano-forte de mayor calidad técnica y acústica, que posibilitan que esta variedad sea una de las más empleadas en tiempos posteriores y hasta la actualidad.
A partir de ellos se producen los 5 conciertos de Beethoven, que tendrán su continuidad en el periodo romántico con compositores como Brahms, Listz o Chopin.
Nuevas variantes encontrarán, cada uno en su manera, Grieg o Maurice Ravel, se continuará con Rasmaninov y llegarán formas atonales y series programáticas, en un contínuo devenir que llega hasta nuestros días, y que proseguirá cambiante según los diferentes gustos estéticos de cada época.